La transición democrática no ha conseguido hacer que los gobiernos urbanos locales en México respondan mejor al interés público. Este problema crucial se vuelve evidente con la persistencia de la corrupción en forma de sobornos-mordidas, evasiones, influencia, amiguismo y nepotismo. Al examinar por qué el problema de la corrupción sigue siendo inexpugnable, la tesis central de Lagunes es que las elecciones libres y limpias han fracasado en hacer que los gobiernos locales en México sean más responsables con el interés público debido a factores institucionales que trascienden el terreno de influencia inmediata de los electores. Estos factores son grupos especiales de interés que dependen de la corrupción para lograr objetivos fraudulentos; una burocracia viciada; un marco legal fallido; un sistema judicial ineficaz; y la impunidad. Para alterar el status quo corrupto y hacer realidad la promesa democrática de una rendición de cuentas superior, esta tesis expone una recomendación política comprobada empíricamente: las auditorías externas. El autor concluye que los regímenes de democratización reciente que tienen que hacer frente a una corrupción blindada han de depender de auditorías externas escrupulosas y dirigidas para incrementar la respuesta del gobierno al interés público.